miércoles, 15 de mayo de 2013


EL CORAZÓN DEL VENCIDO COMO TROFEO DE GUERRA.


En cuanto una persona tiene un comportamiento agresivo o salvaje se le califica como “animal” o “bestia”, identificando de manera simplista las reacciones instintivas propias de seres vivos sin “raciocinio” con la maldad pura y dura de los humanos que son perversos per se. Sin embargo, por regla general, los animales sólo utilizan la violencia para alimentarse o defenderse mientras nosotros podemos hacerlo, por el puro placer de infligir un daño o disfrutar de un poder físico sobre otro. La reafirmación personal recurriendo a lo más primitivo de nuestro ser nos advierte de lo fácil que resulta retroceder milenios y lo difícil que es avanzar, dotarse de leyes y mantener una convivencia pacífica, respetuosa con la diferencia y tolerante ante la discrepancia.