TURQUÍA MUY DESPIERTA E INDIGNADA
CONTRA ERDOGAN.
Me han
preguntado en varias ocasiones si la acampada en la emblemática Plaza Taksim de
Estambul y las consecuentes manifestaciones en otras ciudades de Turquía, son
el resultado de la influencia del despertar árabe o una imitación del
movimiento del 15 – M. Las dudas surgen por la identidad dual con la que
lleva jugando la República
de Turquía desde su conformación en 1923, al definirse como una
democracia “europea” en un entorno oriental. Sin embargo, este país,
definitivamente, oriental tiene una personalidad tan diferenciada y marcada que
no puede ni debe identificarse con ninguno de estos dos procesos con los que
únicamente le une la proximidad geográfica. No puede asimilarse la situación
que, actualmente, se vive en la
Península de Anatolia y su pequeño aledaño al otro lado del
Bósforo, con las revueltas en los países árabes en las que se reivindica la
democratización de sus países, ni con el movimiento de indignación que
reclama una mayor participación ciudadana, menos medidas impuestas por las
grandes corporaciones al tiempo que denuncia el comportamiento corrupto de
muchos dirigentes, empresarios y banqueros.