Conducir es perjudicial
para la pelvis y los ovarios. De todos los comentarios machistas en contra de
la capacidad femenina para manejar un vehículo a motor, este es quizás, el más
peregrino y absurdo, que se ha emitido. Baste mencionar que, mientras existen
numerosos estudios científicos que avalan la conexión entre el cáncer de
próstata y la permanencia largas horas sentados en determinadas profesiones, como la de los conductores, no
sucede lo mismo en el caso de las mujeres. Hay que reconocer que los Imanes se
han superado a si mismos con esta vergonzosa explicación que no hace sino poner
el foco, una vez más, sobre el “quid” de la cuestión: las mujeres sólo son
úteros reproductores que no deben desplazarse según su voluntad fuera del radio
de control de los varones de su familia, no vaya a ser que descubran que el
mundo se encuentra fuera de las cuatro paredes de sus cárceles, perdón,
hogares.