lunes, 4 de agosto de 2014

ORIENTE PRÓXIMO, ¿HACIA LA TERCERA GUERRA MUNDIAL?

Oriente Próximo en la actualidad. 
Cien años han pasado y seguimos hablando de ella con una mezcla de estupor y reverencia. Cien años en los que la humanidad ha progresado tanto en todos los campos como inalterables han permanecido nuestras atávicas maldades y virtudes. Cien años en los que, a pesar de toda la tecnología, todos los medios y el empequeñecimiento de nuestro planeta no hemos sido capaces de aprender que guerreando no se consigue solucionar los problemas y que la igualdad, la justicia social y el derecho son la mejor garantía para la paz.

            Y es que, ahora que Europa conmemora, con vergüenza y dolor, el inicio de la Primera Guerra Mundial, y se sacude, una vez más, los fantasmas de tantos errores cometidos, al otro lado de nuestra puerta oriental, está en marcha una reproducción en pequeño, pero no por ello, menos terrible. La guerra civil de Ucrania con el trasfondo de la vieja lucha entre dos formas de ver Europa, sólo demuestra lo fácil que es encender la mecha y lo difícil que es apagar el incendio.

            La Primera Guerra Mundial, fue quizás la consecuencia más dramática de los cambios que se estaban produciendo en las sociedades europeas, la lucha entre dos formas de ver el mundo, entre un deseo de avance y expansión y otro de mantenimiento del viejo “status quo”. Pero, lo cierto es que tras cuatro largos años de lucha en las trincheras embarradas de Europa, de pelea contra la primera pandemia del siglo, la llamada “gripe europea”, de utilización de nuevos y letales instrumentos militares como las armas químicas, los primeros blindados y la aviación, de devastación y ruina de toda Europa, no sólo no se solucionaron los problemas de fondo de los países enfrentados – como se demostró con la Segunda Guerra Mundial - sino que se determinó de manera tan ciega y absurda el devenir de otros territorios extra - europeos que, hoy nos encontramos, aunque a muchos les dé miedo decirlo, al borde de la Tercera Guerra Mundial.

            Y es que, el mapa de Oriente Próximo, trazado en el Tratado de Sèvres de 1920 y sellado con el Tratado de Lausana de 1923, se resquebraja, sobre todo, en los dos países que constituyeron junto a Egipto, durante décadas, los bastiones del nacionalismo árabe y la esperanza de la modernización de esta región, a saber, Siria e Iraq. Resulta, cuando menos, curioso, ver cómo, dos estados que intentaron unir sus destinos bajo el paraguas de un mismo partido, el Baaz, y que, incluso hicieron el amago de fundirse en la llamada República Árabe Unida con Egipto, hoy vean su territorio invadido por el cáncer del terrorismo yihadista y la división étnica.

Oriente próximo, como puede quedar.
            La página web “I am Syria” establece en 170.000 personas, la víctimas de la guerra contra el ejército de Bashar al Asad, de las cuales, 9.000 son niños[1]. El Oxford Research Group, en su informe “Stolen Future” – Futuro Robado - incrementó el número de niños muertos a 11.420 en agosto de 2013[2]. Las Naciones Unidas ha dejado de presentar balances desde enero de 2014 por la imposibilidad material de hacer un recuento en el país.  El “Syrian Observatory for Human Rights” – El Observatorio Sirio de los derechos humanos – afirma que el número de muertos puede ser mucho mayor puesto que ambos bandos intentan ocultar las cifras[3]. En cualquier caso, se estima que, al menos, un tercio, de las más de 170.000 víctimas son civiles. En julio, sólo en dos días, murieron 700 personas en los enfrentamientos entre el ejército sirio y los combatientes del Ejército Islámico de Iraq y Levante, ahora, Estado Islámico, - EI - en la ciudad de Homs. ACNUR – La agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados – calcula que, más de 2,6 millones de personas han buscado asilo fuera de Siria y otros 6 millones se han desplazado en el interior del país.

           
Melek Taus, uno de los ángeles
a los que adoran los Yezidis
Desde el inicio de las actividades insurgentes coordinadas entre el EI y la oposición sunnita al gobierno de Baghdad en diciembre de 2013 hay más de 1,2 millones de desplazados dentro del país. Medio millón huyó desde la caída de Mosul en junio de 2014[4]. Desde la ocupación del tercio norte de Iraq, a partir del 9 de junio de este año, por parte del EI, sólo en el mes de junio, murieron más de 2.400 personas, de los cuales 150 eran niños en la provincia de Nínive. Con la toma de Sinyar, en el oeste del país, el EI controla prácticamente toda la frontera occidental de Iraq. Pero, lo más grave es que están creando una nueva crisis humanitaria al obligar a más de 200.000 personas a huir de allí, ante las matanzas de todos aquellos que no se unen al Ei. Aunque hay una gran mezcla de etnias y confesiones, la mayoría son kurdos yazidis, una minoría que profesa un culto pre-islámico emparentado con el Zoroastrismo. El temor del anquilosado gobierno chiíta de Baghdad a que un apoyo a los peshmergas kurdos reforzara las ambiciones independentistas de la Región Autónoma del Kurdistán ha dejado a éstos solos en su lucha contra los yihadistas. La caída de Sinyar, parece que, por fin, ha hecho reaccionar a Al Maliki, quien ha anunciado que el ejército iraquí dará cobertura aérea a los peshmergas. La guerra amenaza con extenderse a los dos tercios restantes de Iraq.

            ¿Y qué decir del enfrentamiento entre Israel y Palestina? Dos pueblos condenados a entenderse si quieren sobrevivir, enzarzados en una guerra desde hace seis décadas sin solución de continuidad y donde, de manera cíclica, se recrudece el conflicto con un triste balance de muertos.

            El mapa de Oriente Próximo trazado según los intereses británicos y franceses y perfeccionado con los de Turquía tras su refundación como estado moderno de la mano de Ataturk en 1923, nunca ha tenido sentido para los árabes, kurdos, asirios, turcomanos, musulmanes sunnitas, chiítas, alawitas, caldeos, nestorianos, armenios, yazidis y demás etnias y confesiones que los habitaban. Una mezcla explosiva a la que, además de la diversidad ideológica y, por lo tanto, de partidos, ahora se ha añadido la lucha por ejercer la mayor influencia en la región en función del respaldo económico que se tenga, así, mientras Arabia Saudita, Qatar y Turquía se pelean por liderar a los sunnitas, el milenario enfrentamiento entre sunnitas y chíitas se dirime en el campo del yihadismo de unos y otros: Hamás, Hezbollah, Al Qaeda, el Estado Islámico, Ansar al Islam, etc.

¿Quién ha establecido que cualquier nueva contienda de envergadura tenga que desarrollarse en Europa o que sea occidental? Hoy el frente está más al sur. La nueva gran guerra lleva gestándose desde hace décadas en Oriente Próximo y si no se toman medidas y se actúa de manera eficaz, aunque ello implique reconfigurar la región, algo improbable a la vista del poco interés internacional, es cuestión de poco tiempo que se extienda hasta convertirse en la Tercera Guerra Mundial. Y, entonces, una vez más, será demasiado tarde.





[1] http://www.iamsyria.org/daily-death-count.html
[2] http://www.everycasualty.org/downloads/reports/Stolen-Futures.pdf
[3] http://www.iamsyria.org/daily-death-count.html
[4] http://www.internal-displacement.org/middle-east-and-north-africa/iraq/figures-analysis

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