domingo, 29 de noviembre de 2015

LA SOLUCIÓN KURDA FRENTE A LA ESTRATEGIA TURCA.

Tahir Elçi. Fuente: Wikipedia.
De todas las carreras que podía haber escogido, elegí las dos que más disgustaron a mi difunto padre. Debo decir en mi favor que no lo hice por fastidiarle o como un acto de rebeldía, en absoluto, fue una cuestión de vocación, de gusto, de necesidad vital. El hubiera preferido que siguiera la tradición familiar y me convirtiera en una doctora o ingeniera, o, como mal menor en una economista o filóloga pero no pudo ser. Al final, sin pretenderlo fui, al menos, durante un tiempo la “oveja díscola” de la familia. Tardé en comprender lo que mi elección vital significaba y las repercusiones que podía tener en mi entorno, sobre todo, porque realicé mis estudios en España y no en Iraq. Y es que la práctica de la abogacía y la investigación histórica, dos profesiones aunadas, - al menos desde mi punto de vista aunque ya se sabe que pocas veces es así - por la búsqueda de la verdad y la justicia, eran y lo siguen siendo, de altísimo riesgo en Oriente Próximo y en muchas otras partes del planeta.