lunes, 28 de marzo de 2016

BRUSELAS, ISKANDERÍA, LAHORE... LUCHANDO CONTRA EL TERROR.

Cuando se da a conocer la noticia de que ha tenido lugar un atentado terrorista lo primero que preocupa es saber si la familia y los amigos están bien. Yo no tengo familia en Bélgica pero sí una amiga y toda su familia, pese a ello, dada la movilidad actual de las personas y sabiendo cuán viajeros son mis parientes no pude evitar hacer unas llamadas para asegurarme. Mi familia bien, mi amiga y su familia bien. Uf, respiras y entonces te giras para buscar compatriotas… algún herido, algún desaparecido, hasta ahora una fallecida confirmada. Y la tristeza se adueña de tu corazón. Después empiezas a descubrir la magnitud de la tragedia con las cifras de víctimas y heridos y el recuerdo del dolor por lo ocurrido hace doce años en Madrid, hace once en Londres, hace unos meses en París oscurece todo con un manto negro de incomprensión, de dolor, de rabia, de impotencia.