Sólo el tiempo y la historia
determinarán si el fallido golpe
de estado en Turquía de la noche
del pasado 15 de julio fue una maniobra orquestada por el actual presidente Recep Tayyip Erdogan, es
decir, un auto – golpe, o un verdadero intento por parte del ejército turco que
fracasó ante la reacción de los ciudadanos. Demasiadas incógnitas que podrían
hacer que este artículo transitara por los inciertos vericuetos de la
especulación sino fuera por algunas cuestiones cuyo trazado nos encaminan a algunos hechos indiscutibles. Hechos entre los que destaca que, al menos de momento, si a
alguien ha beneficiado esta frustrada asonada militar ha sido Erdogan.